Se ha hablado del emo, ayer domingo 3. Parece ser el tema del mes: EMO, escenas queen, alternativos, sin embargo, lo que se quiera llamar. Al parecer los "emo" no pueden más, ahora hay de evolución miembros de la que fue la especie originaria.En cualquier caso, para quien está fuera es indiferente la denominación, y es imposible [y también poco interesante] saber cuántos anillos en la nariz sirva tener para ser llamado X y no Y. chicos y chicas jóvenes, con cabello de diferentes formas- estilos, converse, maquillaje pesado, piercing y un vestido muy negro o mucho en tecnicolor: que aún no hemos entendido.
A raíz de un servicio de las fans se ha hablado mucho de lo que las costumbres de este volumen de personas sean saludables: limita, alcohol, drogas, sexo prematuro, promiscuidad. Valores que parecen no ir más allá de belleza y popularidad, actitudes de arrogancia y soberbia que se creen locos y recompensados.
Es evidente que en cada corriente alternativa siempre hay quien decide adherirse al papel de la A a la Z, y quién hace sólo una cuestión de look y poco otro - el que, en este caso, no sería más que un alien - pero ahora el imaginario ligado a las palabras emo y escenas queen ha hecho de todo lo que más encontra de lo educativo y enfermizo pueda sobrepasado la mente.
Asociación equivocada.
No estoy aquí a hacer la moralista, a disparar a cero sobre las extension platinadas o a sugerir medidas revolucionarias para replantear la suerte de la juventud malograda. No es mi tarea y no estaría en condiciones.Pero fue exibida, por enésima vez, y en este caso en medio de una transmisión del domingo por la tarde seguida de no pocas madres, tías y abuelas, una asociación equivocada basada en un perjuicio viejo y, lamentablemente, difícil de erradicar. La asociación entre todo el imaginario negativo de que se decía antes, y sobre Tokio Hotel. El debate en casa de Urso se ha abierto con un servicio que citaba precisamente ellos como "banda de referencia" de emo / escenas Queen / cualquiera que sea su nombre, y continuó con sus canciones de sub-base mientras fueron imágenes de fiestas en discoteca bastantes temas de conversación y mientras más jóvenes pertenecientes a este ambiente anormal, basicamente es un "decir" cada dos palabras, lo situaciones de este tipo son para ellos la normalidad.
Ahora, yo me pongo en la piel de mamá / tia / abuela de una niña de 15 años, con su habitación llena por las caras de Bill y Tom Kaulitz, que al parecer no piensan esta misma pregunta: ¿cuántas se pondrán a reír entendiendo la estupidez de esta banda, y cuántas sentirán sonar el timbre de alarma?
Cuatro jóvenes llenos de vida.
No sé cómo no notan este malentendido generalizado que los cuatro alemanes tengan algo que ver con el mundo emo. Quizá los cabellos negros y el maquillaje oscuro de Bill han tenido su parte, pero diría que no servía ni siquiera la excavación tanto en profundidad para entender que Tokio Hotel están lejos de ser de otro mundo.
Quisiera que totalmente fueran fuera de las plazas de toros el día de un concierto, nos encontraríamos con chicas y chicos, niños, adolescentes y adultos, estudiantes y trabajadores, nos encontrarían una variedad de colores, formas y géneros innumerables. ENCONTRARÍAN un público heterogéneo, en la que seguramente existe también alguien con el cabello parado y los leggis leopardos, pero no son los unicos ni la mayoría y, sobre todo, una cosa no depende de la otra.
Yo en esos cuatro jóvenes no puedo que ver valores positivos. No son de filosofía y no pretenden cambiar el mundo, cierto. Pero son cuatro chicos jóvenes que con el compromiso, la perseverancia, la pasión y sí, un poco de suerte, han llevado adelante un sueño, y con determinación han llegado a realizarlo. Un sueño sano, limpio, hecho de notas y cuerdas de guitarra, un sueño que se llama música.
Son cuatro personas que ponen el corazón y el alma en lo que hacen, que se comprometen con la máxima seriedad y no dejan nunca de querer aprender. Respetuosos, humildes y educados, a dicha de quien los haiga escuchado, no constituye el director de orquesta que les ha acompañado a San Remo.Este es el que transmiten. Y no, no estoy diciendo que no sean de estar en la tierra. Son cuatro seres normales que son, escuchados y juegan como todos los que estén, que dentro de los límites concedidas por su estatuto de superioridad salgan, ven amigos, llevan s sus perros. Pero son también cuatro jovenes de los que muchos, jóvenes y menos jóvenes, famosos y no famosos, tendrían algo que aprender.
Y sus canciones hablan de seguir sus sueños, de ser ellos mismos, de esperanza y de amor en todas sus formas. No veo cómo se puede decir o pensar que algo o sugerir ciertos comportamientos nocivos. El encuentro ofensivo contra ellos y, que su música y sus caras gustan o no, no se lo merecen.
A raíz de un servicio de las fans se ha hablado mucho de lo que las costumbres de este volumen de personas sean saludables: limita, alcohol, drogas, sexo prematuro, promiscuidad. Valores que parecen no ir más allá de belleza y popularidad, actitudes de arrogancia y soberbia que se creen locos y recompensados.
Es evidente que en cada corriente alternativa siempre hay quien decide adherirse al papel de la A a la Z, y quién hace sólo una cuestión de look y poco otro - el que, en este caso, no sería más que un alien - pero ahora el imaginario ligado a las palabras emo y escenas queen ha hecho de todo lo que más encontra de lo educativo y enfermizo pueda sobrepasado la mente.
Asociación equivocada.
No estoy aquí a hacer la moralista, a disparar a cero sobre las extension platinadas o a sugerir medidas revolucionarias para replantear la suerte de la juventud malograda. No es mi tarea y no estaría en condiciones.Pero fue exibida, por enésima vez, y en este caso en medio de una transmisión del domingo por la tarde seguida de no pocas madres, tías y abuelas, una asociación equivocada basada en un perjuicio viejo y, lamentablemente, difícil de erradicar. La asociación entre todo el imaginario negativo de que se decía antes, y sobre Tokio Hotel. El debate en casa de Urso se ha abierto con un servicio que citaba precisamente ellos como "banda de referencia" de emo / escenas Queen / cualquiera que sea su nombre, y continuó con sus canciones de sub-base mientras fueron imágenes de fiestas en discoteca bastantes temas de conversación y mientras más jóvenes pertenecientes a este ambiente anormal, basicamente es un "decir" cada dos palabras, lo situaciones de este tipo son para ellos la normalidad.
Ahora, yo me pongo en la piel de mamá / tia / abuela de una niña de 15 años, con su habitación llena por las caras de Bill y Tom Kaulitz, que al parecer no piensan esta misma pregunta: ¿cuántas se pondrán a reír entendiendo la estupidez de esta banda, y cuántas sentirán sonar el timbre de alarma?
Cuatro jóvenes llenos de vida.
No sé cómo no notan este malentendido generalizado que los cuatro alemanes tengan algo que ver con el mundo emo. Quizá los cabellos negros y el maquillaje oscuro de Bill han tenido su parte, pero diría que no servía ni siquiera la excavación tanto en profundidad para entender que Tokio Hotel están lejos de ser de otro mundo.
Quisiera que totalmente fueran fuera de las plazas de toros el día de un concierto, nos encontraríamos con chicas y chicos, niños, adolescentes y adultos, estudiantes y trabajadores, nos encontrarían una variedad de colores, formas y géneros innumerables. ENCONTRARÍAN un público heterogéneo, en la que seguramente existe también alguien con el cabello parado y los leggis leopardos, pero no son los unicos ni la mayoría y, sobre todo, una cosa no depende de la otra.
Yo en esos cuatro jóvenes no puedo que ver valores positivos. No son de filosofía y no pretenden cambiar el mundo, cierto. Pero son cuatro chicos jóvenes que con el compromiso, la perseverancia, la pasión y sí, un poco de suerte, han llevado adelante un sueño, y con determinación han llegado a realizarlo. Un sueño sano, limpio, hecho de notas y cuerdas de guitarra, un sueño que se llama música.
Son cuatro personas que ponen el corazón y el alma en lo que hacen, que se comprometen con la máxima seriedad y no dejan nunca de querer aprender. Respetuosos, humildes y educados, a dicha de quien los haiga escuchado, no constituye el director de orquesta que les ha acompañado a San Remo.Este es el que transmiten. Y no, no estoy diciendo que no sean de estar en la tierra. Son cuatro seres normales que son, escuchados y juegan como todos los que estén, que dentro de los límites concedidas por su estatuto de superioridad salgan, ven amigos, llevan s sus perros. Pero son también cuatro jovenes de los que muchos, jóvenes y menos jóvenes, famosos y no famosos, tendrían algo que aprender.
Y sus canciones hablan de seguir sus sueños, de ser ellos mismos, de esperanza y de amor en todas sus formas. No veo cómo se puede decir o pensar que algo o sugerir ciertos comportamientos nocivos. El encuentro ofensivo contra ellos y, que su música y sus caras gustan o no, no se lo merecen.
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